La Silla de Felipe II

Revisado: 31/01/2015

Se trata de un monumento tallado en granito, ubicado en los montes conocidos como los Ermitaños, dentro del bosque de la Herrería. Está protegido por ley como paisaje pintoresco, y se compone de robles, castaños, enebros, fresnos y otros arbustos.

Este paraje era designado antiguamente como Dehesa de las Ferrerías de Fuentelámparas. Pertenecía a Pedro Gómez de Porres, comendador de la Orden de Santiago que residía en Segovia, cuando la adquirió Felipe II en su objetivo de anexionar un amplio territorio de realengo en torno al Monasterio de El Escorial, pasando a manos de la Corona Española en 1.562

En ese entorno esta el llamado "Canto Gordo" o "La Silla de Felipe II". Una gran piedra granítica con una plataforma tallada sobre ella y tres asientos o sillas, que se orientan hacia el lugar de la ladera del monte en el que se levanta el monasterio.

Silla de Felipe II
Silla de Felipe II

Se dice que desde esta atalaya el monarca seguía las evoluciones de las cacerías a las que no podía asistir personalmente por estar enfermo de gota, así como la evolución de las obras del monasterio. Esta teoría parece no sostenerse, ya que existen muchos puntos en posición dominante y más cercanos al monasterio desde los cuales se podría observar mucho mejor la marcha de las obras.

El monasterio de El Escorial visto desde la silla de Felipe II
El monasterio de El Escorial visto desde la silla de Felipe II

Si bien es cierto que históricamente se ha relacionado al monarca Felipe II, uno de los reyes más controvertidos de la historia, y relacionado con el esoterismo, la alquimia, magia, herejía y superstición, los expertos se inclinan a fechar la construcción mucho antes, teniendo en cuenta que los Vetones, un pueblo celta del siglo V a.C., o los Carpetanos, que poblaron estas latitudes, pudieron elegirlo como lugar religioso, consagrado al Marte céltico.

No es por tanto descartable que esta especie de altar sea obra de alguno de estos pueblos antiguos, ya que en la sierra de Madrid se ubican diversos puntos de gran importancia telúrica. Los asientos tallados en la roca están hoy orientados hacía el monasterio, pero es más que probable que quienes realizaron esta obra la orientasen hacia el enclave sagrado situado en la ladera del monte Abantos.

Otra teoría explica que puede tratarse de una recreación del siglo XIX (4).



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