Las esferas de piedra gigantes de Costa Rica
Las conocidas como Esferas de piedra de Costa Rica son un grupo de más de quinientas rocas talladas en forma esférica, practicamente perfectas, ubicadas en el distrito de Sierpe, en el cantón de Osa, al sur de Costa Rica. La mayoría de ellas se encontraron en la llanura aluvial del delta del río Diquís, en la confluencia del río Sierpe y el río Grande de Térraba, aunque se han encontrado otras en la península de Osa y en la Isla del Caño.
Estas rocas fueron descubiertas en 1939, cuando la compañía bananera estadounidense United Fruit Company empezó a deforestar la zona para poder cultivar. La primera publicación al respecto fue un breve artículo arqueológico publicado en 1943 en la revista American Antiquity de Doris Stone. A raiz de esta publicación, el norteamericano Samuel Kirkland Lothrop del Peabody Museum y la Universidad de Harvard, quien en 1948 estaba en Costa Rica, contactó con el autor en San José para averiguar quienes fueron sus fuentes y lo más importante, dónde se ubicaban esas esferas. Ya en 1963, Lothrop publicó sus investigaciones en su libro Archaeology of the Diquís Delta.
Durante aquellos años, algunos estadounidenses se dedicaron a dinamitar algunas de las rocas, creyendo que en su interior podría haber oro, mientras que muchas otras fueron saqueadas o vendidas, trasladadas a instalaciones de instituciones públicas o de empresas privadas, o a los jardines de domicilios particulares.
Este expolio acabó generando conflictos sociales y movilizaciones, destacando la llevada a cabo por los estudiantes y vecinos de Palmar Norte, cuando bloquearon las calles para impedir la salida de algunos camiones que intentaban robarlas.
Desde 1970, las autoridades del Gobierno empezaron a proteger las esferas de piedra, promulgando una ley en 1981 que las declaraba propiedad de estado. Algunas de las rocas dinamitadas en el pasado se han reensamblado bajo la tutela del Museo Nacional. No fue hasta 1991, cuando el museo inicia oficialmente sus estudios arqueológicos y antropológicos en torno a las esferas y la cultura aborigen supuestamente responsable de su manufactura. Este museo además está tratando de repatriar y devolver todas las esferas a su ubicación natural o al menos a sus instalaciones públicas.
En 2014, la Unesco eligió el Conjunto de asentamientos cacicales precolombinos con esferas de piedra de Diquís como Patrimonio de la Humanidad. El 16 de julio de 2014, la Asamblea Legislativa de Costa Rica las declaró símbolo nacional del país.
Las esferas son consideradas como únicas en el mundo no solo por su número o tamaño, que van desde los pocos centímetros a cerca de 2,6 metros de diámetro con un peso de 16 toneladas. Lo más llamativo es la perfección que presentan en su tallado, de casi un 96% según lo constatado en 2017 por Francisco Corrales, arqueólogo del Museo Nacional.
Según la arqueología oficial, las esferas se produjeron y utilizaron durante un periodo de 1000 años, que abarcaría desde el siglo V hasta el siglo XV con la llegada de los españoles, y se trataría de una manifestación artística de la escultura precolombina costarricense, seguramente realizadas con herramientas básicas por el pueblo nativo Boruca o quizá algo antes por los Olmecas, pese a que actualmente su realización con la tecnología disponible no sería para nada sencilla. Es curioso destacar que los Borucas pensaban que el dios Trueno lanzaba estas bolas a los huracanes para alejarlos, por lo que posiblemente ya existieran antes.
Explican los arqueólogos especializados, incluyendo a Corrales, que como algunas de las esferas se han encontrado en ramblas que accedían a edificios residenciales, podrían servir simplemente para "dar la bienvenida", como signo de jerarquía, rango o distinción: cuanto más grande, más importante era el propietario.
Las teorías más atrevidas aseguran que podrian provenir de la Atlántida, ser de origen extraterreste, que podría tratarse de un calendario agrícola o cartas de navegación teniendo en cuenta su ubicación original, e incluso que podrían estar alineadas con sitios como el Estrecho de Gibraltar, las pirámides de Egipto o la Isla de Pascua.
Sea como fuere, lo cierto es que no tenemos certeza del origen y utilización de estas esferas ni de cómo fueron capaces sus autores de alcanzar la perfección geométrica que presentan, teniendo en cuenta que otros estudios de las capas de sedimentos mientras se realizan excavaciones apuntan a orígenes cercanos al 2000 ANE, o que algunas de ellas además presentan extraños petroglifos:
Archivos
- Esferas de piedra: fotografía de principios del siglo XX (1)
- Esferas de piedra: 3 esferas en las instalaciones privadas de la empresa Matra (2)
- Esferas de piedra de Costa Rica: expolio (3)
- Esferas de piedra de Costa Rica (4)
- Esferas de piedra de Costa Rica: excavaciones para su extracción (5)
- Esferas de piedra de Costa Rica con petroglifos (Hacienda Victoria, Diquis) (6)