La tumba perdida de Arquímedes

Publicado: 09/10/2015

Tras el asesinato y sepultura de Arquímedes durante el ataque de los romanos a Siracusa, ciudad natal del matemático, pasaron 137 años hasta que en el año 75 ANE el historiador romano Cicerón, que se encontraba en Sicilia, se decidió a encontrar su famosa (y ya por entonces perdida) tumba.

Según se contaba, en la sepultura de piedra tallaron una esfera dentro de un cilindro, cumpliendo con su voluntad. Plutarco escribió de Arquímedes:

Sus descubrimientos fueron numerosos y admirables; pero se cuenta que le pidió a sus amigos y parientes que, cuando muriera, colocaran sobre su tumba una esfera dentro de un cilindro, inscribiéndola en la proporción del sólido continente respecto al contenido; esto es, la razón 3:2.

Esto hacía referencia a su descubrimiento matemático más importante: el volumen y el área de la esfera son dos tercios de los del cilindro que la inscribe.

A pesar de haber interrogado, según cuenta el mismo Cicerón, a varias personas de aquellas tierras, nadie supo darle la localización exacta, aunque parece ser que le indicaron que debía encontrarse cerca de "la puerta de Agrigento".

Tras buscar entre muchos sepulcros antiguos parece ser que encontró una pequeña columna que apenas se levantaba entre los matorrales y en la cual estaba la figura de la esfera y el cilindro. Sobre la tumba apareció también un epitafio con las últimas palabras algo borradas, aunque Cicerón no las dejó escritas en ningún documento.

Esta fue la última vez que se supo de la tumba, perdida en la actualidad.



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