La puerta del Infierno bajo el monasterio de El Escorial
Un mito desmentido por los historiadores habla de que una de las puertas hacia el inframundo estaría situada justo debajo del monasterio de San Lorenzo del Escorial.
Según una leyenda medieval:
Lucifer vivió en una cueva situada a los pies del Monte Abantos, los días que pasaron entre su expulsión del cielo y su destierro definitivo al infierno.
En ese tiempo, el ángel rebelde comenzó su andadura por toda la tierra donde creó siete puertas para acceder a las tinieblas.
Una de ellas estaría en San Lorenzo de El Escorial.
El lugar contaba además con otras antiguas leyendas populares que hablaban de una mina cuyas galerías llegaban hasta las mismísimas puertas del infierno y por donde salía a veces el diablo envuelto en chispas.
Tal y como cuenta el padre Jerónimo fray José de Sigüenza, cronista oficial de la historia del edificio, para decidir la ubicación se convocó una comisión de expertos donde había, según sus palabras, "hombres sabios, filósofos, arquitectos y canteros experimentados", a los que se unieron otros frailes de la Orden de San Jerónimo, quienes habitarían el monasterio. La comisión la presidía por uno de los secretarios personales de Felipe II, Pedro del Hoyo.
Tras descartar otros lugares, se reunieron el 14 de noviembre de 1561 para visitar el sitio e informar al monarca. El día se presentó con fuertes vientos que les dificultó llegar al sitio, viendo en esto una especie de señal maléfica.
Si bien los historiadores no aceptan que la intención de Felipe II fuera la de sellar ninguna boca del infierno, si aceptan que quizá la decisión estuviera influenciada por la extrema superstición del rey.
Una curiosa tradición más moderna señala que el dictador Franco estaba al corriente de todo esto, y lo tuvo en cuenta a la hora de edificar el Valle de los Caídos, orientándola hacia El Escorial y separándola simétricamente de él por el monte Abantos.