La puerta al Infierno en Hierápolis (Pamukkale)
Durante unas excavaciones en las ruinas de la antigua ciudad de Hireápolis, los arqueólogos encontraron la entrada a una cueva. Al parecer, los romanos la llamaron "Las Puertas de Plutón", su dios del inframundo.
Este Plutonion, o puerta de acceso al inframundo en Hierápolis, era una gruta que ya fue descrita como un lugar cargado de misticismo por el griego Estrabón:
Su espacio está lleno de un vapor tan denso y brumoso que apenas se puede ver el suelo. Cualquier animal que pasa a su interior encuentra una muerte instantánea.
Estrabón, como buen científico, realizó incluso una prueba empírica:
Tiré unos gorriones dentro e inmediatamente dieron un último suspiro y cayeron muertos.
Durante las excavaciones realizadas por arqueólogos italianos dirigidos por Paolo Verzone a partir de 1957 ya se investigó la posible ubicación del Plutonion, que se situaba cerca del templo de Apolo, en un sitio al que se desciende por escaleras con arcadas.
Ya en 2012, otro equipo de arqueólogos italianos dirigidos por Francesco D'Andria encontró una gruta gracias al hallazgo de numerosos cadáveres de aves que habían muerto a causa de los gases tóxicos que salían de la cueva. El agua termal de las piscinas de Pummakale (actual ciudad junto a las ruinas), surge del manantial de esta cueva del Plutonion, por lo que D’Andria no tuvo más que seguir el recorrido del agua en sentido inverso para encontrar su ubicación exacta.
Estrabón escribió que la puerta estaba rodeada de vapores malignos, lo cual encaja con esta gruta, con aparentes construcciones rituales: varias columnas jónicas con inscripciones dedicadas a las deidades del inframundo, una piscina y una escalera que conducía a la cueva de la que surge dióxido de carbono, propio de las emanaciones termales.
El posterior hallazgo en 2013 de una estatua de Cérbero de 1,5 metros de altura ha permitido confirmar la hipótesis de que esa gruta era el Plutonion.
D’Andria explicó en la conferencia en Estambul en la que presentó estos hallazgos que:
Los efluvios de la cueva provocaban alucinaciones en los peregrinos. Los sacerdotes del templo habían montado un entramado turístico en torno a la "puerta del infierno" que atraía a peregrinos de todo el mundo conocido. Al llegar al templo los peregrinos griegos y romanos eran obsequiados con pequeños pájaros que podían arrojar a la cueva para probar los efectos mortales de ésta y los sacerdotes realizaban rituales en los que sacrificaban toros para honrar a Plutón: los metían en la cueva y los sacaban muertos, ante el asombro del personal.
Los visitantes, que acudían en masa al templo, podían ver los ritos sagrados desde las escaleras, pero no podían acercarse a la entrada de la cueva. Sólo los sacerdotes, eunucos consagrados a la diosa Cibeles, podían llegar a ella sin que, aparentemente, sufrieran ningún daño.
El investigador italiano vio con sus propios ojos como varios pájaros, que merodeaban por la excavación, cayeron fulminados en cuanto se acercaron a la entrada de la cueva, tal y como describiera Estrabón.
D’Andria cree que:
...también era un destino famoso para realizar ritos de incubación, una práctica común de la antigüedad que consistía en acudir a un templo para recibir un sueño, que proporcionaba la solución a todo tipo de problemas, a modo de oráculo. Los peregrinos bebían el agua de la piscina que estaba junto al templo, dormían cerca de la cueva y tenían todo tipo de visiones y profecías. Es posible que los efluvios procedentes de la cueva provocaran alucinaciones en los peregrinos, que estos atribuían al poder de Plutón.
Archivos
- Pamukkale: piscinas naturales de aguas termales (1)
- Hierápolis: el Plutonion (2)
- Hierápolis: el Plutonion (reconstrucción 3D) (3)
- Hierápolis: estatua de Hades (2013) (4)
- Hierápolis: capiteles dedicados a Hades (5)
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