La muerte de Arquímedes
Arquímedes, uno de los grandes sabios de la antiguedad, murió en el año 212 ANE durante la Segunda Guerra Púnica, cuando los romanos consiguieron conquistar la ciudad de Siracusa, después de dos años de asedio, tras lo cual fue saqueada.
Se sabe que durante ese tiempo inventó y construyó armas y artefactos de defensa que tenían atemorizados a los atacantes romanos, según los antiguos textos de famosos historiadores como Plutarco, Polibio o Tito Livio.
El general romano Marco Claudio Marcelo había dado orden expresa a sus hombres de encontrar y mantener con vida a Arquímedes, a pesar de lo cual uno de sus soldados los asesinó, enfureciendo al general. Donde hay mucha controversia es en escoger cual de las versiones, diversas y a cual más heróica, es la que más se ajusta a la realidad.
Según la versión más famosa de Plutarco:
Arquímedes estaba contemplando un diagrama matemático cuando la ciudad fue conquistada. Un soldado romano le ordenó que fuese al encuentro del general Marcelo, pero Arquímedes hizo caso omiso, diciendo que tenía que resolver antes el problema. El soldado, enfadado ante la respuesta, mató a Arquímedes con su espada.
Plutarco también escribió otras dos versiones, menos conocidas, de la muerte de Arquímedes.
La primera dice que fue asesinado mientras intentaba rendirse ante un soldado romano y le pedía además un poco de tiempo para poder resolver un problema en el que estaba trabajando.
En la otra versión, nos cuenta que Arquímedes llevaba consigo instrumentos matemáticos. El citado soldado romano lo asesinó porque pensó que podrían ser objetos muy valiosos.
El historiador romano Tito Livio escribió que Arquímedes estaba inclinado sobre unos dibujos que había trazado en el suelo, cuando un soldado (que desconocía quién era Arquímedes), le mató.
Tradicionalmente, y a pesar de que no existe ninguna evidencia y tampoco se las cita en los relatos de Plutarco, las últimas palabras atribuidas a Arquímedes fueron:
Noli turbare circulos meos.
(No molestes mis círculos).