El Valle de los Caídos y el Ocultismo
Desde el mismo final de la Guerra Civil Española en 1939 (o puede que incluso antes) el recién auto proclamado jefe de estado Franco, comenzó a organizar la proyección y construcción de un complejo monumental, llamado El Valle de los Caídos, al más puro estilo faraónico y dedicado a los caídos por el bando nacional.
Diversos estudiosos del dictador se inclinan a pensar que Franco consultó al cabalista Corintio Hazá (un sensitivo), cual debería ser la ubicación de complejo. Resulta curiosa la zona escogida (el Monte Abantos), cargada de leyendas y testimonios relacionados con lo místico y mágico.
De igual manera, recurrió a otras personas para escoger cómo debía construirse, y numerosos documentos apuntan a que la idea inicial fue una pirámide.
El arquitecto Luis Moya Blanco publicó en la revista Falange su "Sueño arquitectónico, monumento piramidal a la muerte y la exaltación nacional" (1).
Junto al Vizconde de Uzqueta y el escultor Manuel Laviada, crearon el dibujo de lo que sería el símbolo de su santuario. Para ello, tomaron la referencia una gran pirámide hueca de un tamaño similar o superior a la pirámide egipcia conocida como la de Keops. Finalmente, Franco aunque ilusionado con la idea, prefirió no construirla.
Definitivamente se inició la construcción del complejo según proyecto de Pedro Muguruza y Diego Méndez, encaminándolo más hacia el catolicismo más ortodoxo con la cruz (150 metros de altura) y la basílica (260 metros de longitud) más grandes de la cristiandad hasta la fecha.
A pesar de este cambio radical en el planteamiento arquitectónico del faraónico sepulcro, se pueden encontrar elementos más relacionados con el ocultismo, como la estatua del arcángel Uriel.