El ladrillo de oro del monasterio de El Escorial

Publicado: 15/10/2014

Existe una leyenda que cuenta que durante la construcción del complejo de El Escorial, el embajador de Francia preguntó a Felipe II si sería tan fácil acabar una obra tan grande como empezarla, o se quedaría por falta de medios inacabada, como tantas otras. En respuesta, al terminar la edificación Felipe II mandó colocar un ladrillo de oro en la actual torre central y otros dos en las laterales que se ven desde la entrada del "Patio de Reyes".

Y de hecho cuando el sol se posa en las torres del monasterio de El Escorial algunos sillares desprenden un fuerte brillo dorado; al observar el edificio en la distancia da la sensación de que hay ladrillos fabricados con oro.

Según dicen quienes desmienten esta leyenda, lo que realmente puede producir ese brillo es la tapa de bronce dorado de las cajas que guardan las reliquias de Santos del monarca (aquellas que lo acompañaron en su tortuosa agonía).



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