¿Dónde acabó la Mesa de Salomón?
La ubicación actual de mesa de Salomón, construida por el propio rey Salomón en el año 950 ANE siguiendo las directrices del mismo Dios, es uno de los enigmas más famosos de la Historia, si es que aun existe.
Estuvo custodiada junto al Arca de la alianza (que contenía las Tablas de los mandamientos), el candelabro de los siete brazos y otros objetos sagrados en el Templo de Salomón en Jerusalén hasta que en el año 587 ANE, el templo y toda la ciudad fueron destruidos y saqueados, a causa de la invasión de Nabucodonosor II, rey de Babilonia.
En el 540 ANE el rey persa Ciro permitió a los judíos regresar a Jerusalén, de modo que estos construyeron un nuevo templo y parece ser que devolvieron la mesa y el resto de objetos a su interior, salvados por los sacerdotes de la destrucción del primero (se cree que durante este tiempo estuvo en Babilonia).
Ya en el año 37 NE, Roma declaró la guerra a Israel, bajo el mando del emperador Tito, por los constantes levantamientos de los zelotes. Esto desembocó en una nueva y definitiva destrucción del templo en el año 70 y todos sus tesoros fueron enviados a Roma. El historiador Flavio Josefo escribió:
Todo lo que las naciones más venturosas habían podido acumular de precioso, de más maravilloso y de más caro con el paso de los siglos, quedaba reunido aquel día para dar a conocer al mundo hasta qué punto se elevaba la grandeza del Imperio. Entre la gran cantidad de botines, los que destacaban con dorado brillo eran los que habían sido capturados en el templo de Jerusalén, la mesa de oro que pesaba varios talentos y el candelabro de oro...
Un relieve en el Arco Triunfal de Roma muestra al general Tito victorioso exhibiendo los tesoros, que fueron llevados al Templo de Júpiter Capitolino, uno de los principales espacios del imperio donde exhibían todos los tesoros capturados (destacando los de Jerusalén) para ensalzar al imperio. Más tarde los tesoros se llevaron a otros palacios imperiales en Roma.
A partir de aquí, la principal fuente son los relatos del historiador Procopio de Cesárea.
En el año 410, los godos comandados por Alarico I invadieron y saquearon la ciudad de Roma, llevándose todos los tesoros y reliquias para agregarlas a su propia colección, denominada "tesoro antiguo". Todo esto fue trasladado a Carcasona (en la actual Francia).
En el año 507, debido a los constantes ataques en Carcasona por parte de los francos, el tesoro es trasladado por el rey ostrogodo Teodiroco a Rávena (en la actual Italia), mientras que el rey visigodo Alarico II tiene de huir de Tolouse (la capital visigoda de la época en la actual Francia) a Barcelona. Su hijo Almalarico, nuevo rey visigodo, reclamó a Teodorico el tesoro en el año 526, consiguiendo que lo trasladaran a Barcelona.
Cuando Almalarico murió asesinado en Barcelona en el año 531 durante una invasión de los francos, se cree que el tesoro fue vuelto a trasladar esta vez a Toledo, la nueva capital (por obligación) visigoda. Encontramos una cita de Aben Adhari que relata este hecho, aunque sin mencionar de forma explícita la mesa:
...trasladaron tesoros y botines innumerables, entre los cuales se encontraban misteriosos amuletos mágicos, de cuya conservación y custodia dependía la suerte del Imperio...
Resulta ésta una época convulsa por las invasiones a la región por parte de francos y árabes musulmanes, aunque según Procopio, "ni unos ni otros mencionan la mesa entre el botín conseguido en sus sucesivas invasiones", así que se puede suponer que permaneció en manos visigodas. Pero a partir de aquí las fuentes se vuelven más legendarias que históricas.
Según una leyenda, en el año 711, el rey visigodo Rodrigo se adentró una cueva de Toledo (el palacio construido por Hércules) donde se creía estaba la mesa, ignorando el peligro que correría al adentrarse. Pero lo que encontró fue una profecía grabada en un tapiz enrollado (otras versiones afirman que el grabado lo hayó en la propia mesa), junto a imágenes de jinetes árabes con turbantes y lanzas, que rezaba:
Cuando sea abierta esta casa y se entre en ella, gentes cuya figura y aspecto sea como los que aquí están representados invadirán este país, se apoderarán de él y lo vencerán.
Con la derrota de Rodrigo por los musulmanes durante la conquista de la Península Ibérica, se pierde definitivamente las escasas pistas que quedaban sobre la codiciada mesa.
Según otras leyendas y de los textos de Aben Adhari, se cuenta que el rey de los romanos entregó la mesa al pueblo de Egipto, siendo llevada a Alejandría. Cuando los musulmanes atacan Egipto, la llevaron a Trípoli; cuando conquistaron Trípoli, la llevaron a Cartago, donde fue capturada por los musulmanes, quienes la llevaron a Tánger, y de ahí, a Toledo. En ambos casos, cada uno con sus defensores y detractores, al menos el destino final fue el mismo.
No habrá nuevas posibles pistas hasta el año 1936, en Jaén, cuando la Dirección General de Bellas Artes encargó a José Moreno Salcedo, estudiante de derecho, hacer inventario en una serie de cuadernos de los objetos religiosos y artísticos de la catedral de Jaén, en plena guerra. Salcedo murió fusilado en 1941, y sus notas no aparecieron hasta 1968.
Parece ser que se encontró con documentación sobre la búsqueda de la mesa de Salomón por parte de diversos personajes históricos importantes, como el Barón de Velasco, autor parece ser de una lápida con un grabado que se cree que es copia del de la mesa, y supuesto miembro de una sociedad secreta denominada Los 12 apóstoles. Además, en dichos documentos se indicaría que la mesa se quedó a medio camino entre Toledo, donde los musulmanes la habrían capturado tras la muerte del rey visigodo Rodrigo, y Oriente Medio, donde habrían decidido trasladarla. Muchos investigadores apuntan a la posibilidad de que fuera llevada y ocultada dentro de la catedral de Jaén durante los primeros años de su construcción.
De ser verdad el hecho de que la mesa acabó custodiada en la catedral de Jaén, cobraría algún sentido otra leyenda contada sobre el obispo Alonso Suárez , al que llamaron el obispo constructor por las numerosas obras que mandó construir y/o financió. Su actividad edificatoria era enorme y los fondos destinados a ella parecían inacabables, hasta el punto en que se decía popularmente de él en Jaén que había descubierto el secreto de la mesa de Salomón, "bajo la cual siempre que se buscaba aparecían nuevas riquezas". ¿Quizá la encontró y utilizó su oro o sus gemas para sus proyectos?
Otros investigadores de sociedades secretas creen que quienes custodian la mesa en Jaén es la conocida como hermandad del Gorrión, quienes la habrían conseguido directamente en Toledo, o quizá arrebatada de manos árabes camino a Oriente.
Quienes defienden la catedral de Jaén como destino definitivo de la Mesa, destacan que en ella se encuentran diversas pistas, como las estatuas de David y Salomón en la puerta Norte, o diversas marcas en sus piedras, como estrellas de David, el nudo de Salomón, y otras relacionadas con la cabalística.
Lo que queda claro es que desde que la mesa saliera de Roma, es bastante probable que la auténtica mesa de Salomón se perdiera (o se destruyera para aprovechar sus riquezas materiales), lo que nos deja más de 16 siglos de suposiciones y leyendas que la convierten en uno de los enigmas más atractivos de la Historia.