Amparo Cuevas: La vidente de El Escorial

Revisado: 15/10/2014

Amparo Cuevas fue un personaje conocido principalmente por ser supuestamente testigo de apariciones marianas entrando en estados de trance. Se sabe que afirmó haber tenido manifestaciones similares desde noviembre de 1980.

El 13 de noviembre dijo haber visto al Señor, y el 15 de noviembre sufrió los primeros estigmas y dolores en la casa donde trabajaba como empleada del hogar, los cuales volvieron a repetirse el día 20. Existe otra versión según la cual en plena calle le brotó sangre de manos, rodillas, pies, costado y frente, delante supuestamente de varios testigos. Este hecho le empezó a ocurrir con frecuencia, y solía ir acompañado de una extraordinaria rigidez del cuerpo (en ocasiones adoptando la forma del Cristo en la cruz).

Pero se la empezó a conocer a partir del 14 de junio de 1981 cuando dijo que en la finca de Prado Nuevo (propiedad de la familia Leyún en El Escorial, España) se le había aparecido la Virgen de los Dolores sobre un fresno, afirmando que era, según sus palabras, "el instrumento elegido por el Señor y la Virgen para comunicar sus mensajes". Este primer mensaje decía lo siguiente:

Soy la Virgen Dolorosa. Quiero que se construya en este lugar una capilla en honor a mi nombre; que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la pasión de mi Hijo, que está muy olvidada. Si hacen lo que yo digo, el agua de esta fuente curará. Todo el que venga a rezar aquí diariamente el Santo Rosario será bendecido por mí. Muchos serán marcados con una cruz en la frente. Haced penitencia. Haced oración.

Poco tiempo después surgió todo un movimiento religioso en torno a este personaje. Miles de personas comienzan a acudir a aquel lugar y apodan a Amparo la "vidente de El Escorial", y entre los peregrinos no solo hay españoles, si no también de países como Portugal, Francia, Argentina, México e Italia. En torno a estos eventos se empezó a crear un entramado de fundaciones e instituciones religiosas llamado "La Obra de la Virgen de El Escorial", que a su vez empezaron a acumular multitud de propiedades y dinero, procedente de donaciones de los devotos.

Amparo Cuevas
Amparo Cuevas

El 26 de mayo de 1983 Amparo sufrió una agresión por parte de tres encapuchados que la insultan, la golpean, la desnudan y la arrastran. Según relató Amparo amenazaron con vejarla aún más e incluso con matarla, si no renegaba de Dios y confesaba que todo aquello es una farsa.

El 24 de junio de 1983 se le vuelve a aparecer la Virgen y pide que "se funden casas de amor y misericordia para los pobres". Actualmente están abiertas varias de estas llamadas "casas de amor y misericordia" en Madrid (El Escorial, Griñón), Soria (Torralba del Moral), Burgos (Peñaranda de Duero) y se planea abrir otra en Pesebre, pueblo natal de Amparo, en Albacete.

En 1985 el entonces arzobispo de Madrid, Ángel Suquía, tras el correspondiente proceso, resolvió que "no constaba el carácter sobrenatural de las supuestas apariciones y revelaciones en Prado Nuevo".

En 1986 el cardenal Vicente Enrique y Tarancón firmó una orden en la que advertía a los sacerdotes que no debían dar crédito, y mucho menos prestar su apoyo, a las supuestas apariciones.

El 7 de Octubre de 1989 Amparo dice recibir el siguiente mensaje:

Desprendeos de todos vuestros bienes y ponedlos todos en comunidad, como los primeros cristianos. Y que no sea nada vuestro; que lo vuestro sea de todos(...) Los que quieran ser discípulos de Cristo tienen que ser desprendidos, humildes y humillados.

En 1991 el alcalde del ayuntamiento de El Escorial, Mariano Rodríguez, declaró que no quería allí "ningún Lourdes ni Fátima". El ayuntamiento planeaba ya ensanchar el término municipal de la localidad, entrando en este ensanche la famosa finca, por lo que sufrió una recalificación en favor de la familia Leyún. Aquí empezó a crecer el conflicto entre los fieles (llamados "virginarios") y quienes no querían ver su pueblo convertido en un centro de fervor religioso.

El 5 de Octubre de 1992 el famoso fresno sufrió un atentado: lo empaparon de gasolina y le prendieron fuego, aunque fue rápidamente sofocado y no sufrió daños graves. Este no sería el primero de los ataques que se produjeron en la finca. En Octubre de 1993 se firmó la recalificación de los terrenos de la familia Leyún. En Febrero de 1994 el ayuntamiento ordenó a la policía local cerrar la finca y retirar las capillas que se habían levantado en el lugar. En Marzo se instaló una valla metálica en todo el perímetro del recinto. Durante Marzo se registraron manifestaciones en contra y más altercados entre gente del pueblo (junto a funcionarios del ayuntamiento) y los devotos.

En 1995 una de las fundadiones de "la Obra" compra la finca de las apariciones por 900 millones de pesetas. Sobre esta compra pesa una denuncia que reclama esas tierras como espacios naturales protegidos. Esto ocurrió principalmente gracias al cambio de alcalde en la localidad, el cual ya permitió meses antes de la compra la reapertura de la finca a "la Obra".

El 4 de septiembre de 1996 apareció muerto uno de los hijos de Amparo llamado Jacinto, de 29 años. Fue considerado el primer mártir de "la Obra" ya que los seguidores de Amparo aseguran que fue asesinado por sus enemigos.

El último de los llamados "mensajes celestiales" lo recibió Amparo el 4 de Mayo de 2002:

Sólo pido, hijos míos, que meditéis todos los mensajes, que todo se va cumpliendo (...). No habrá más mensajes, pero habrá bendiciones muy especiales y marcas que quedarán selladas en las frentes (...). Acudid a este lugar, hijos míos, que todos seréis marcados y bendecidos con bendiciones muy especiales; y meditad todos los mensajes.

En el año 2006 ya habían empezado a aparecer numerosas denuncias de familiares de los devotos acusando a este movimiento como sectario. Uno de ellos fue Juan Carlos Bueno que creó la "Asociación de Afectados por las Falsas Apariciones en El Escorial". Esta asociación llevó a los tribunales a Amparo Cuevas y a diez de sus fieles en el año 2008 explicando que el entramado de empresas y fundaciones surgido tras la formación de la asociación de la "vidente" servía para desviar las donaciones recibidas a otros objetivos ajenos a los que oficialmente declaraban. Además esta asociación ha afirmado que los ancianos y los jóvenes están contra su voluntad en Prado Nuevo, y que todo el que quiera pertenecer a "la Obra" está obligado a donar absolutamente todos sus bienes y propiedades. Desde entonces ha habido numerosos documentales de medios de comunicación españoles y extrangeros que han constatado dichas sospechas. A pesar de esto, la mayoría de denuncias han acabado siendo desestimadas o resultando favorables a los denunciados.

En abril de 2012 el arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela autorizó a celebrar el Triduo Pascual (conmemoración cristiana de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret) en aquella finca, y a la construcción de una capilla dedicaca a la Virgen María en el lugar de la supuesta aparición (aunque el permiso del ayuntamiento no llegó hasta Junio). De hecho esta capilla fue una de las peticiones que la Virgen transmitió supuestamente a Amparo "para la meditación sobre la Pasión de su Hijo". Sin embargo el Arzobispo mantuvo en todo momento la resolución de su predecesor de no reconocer la autenticidad de las apariciones.

El viernes 17 de agosto de 2012, Amparo murió en su domicilio de El Escorial, tras una larga enfermedad. Su funeral inauguró la capilla construida, y allí fue enterrada. Sobre este hecho también hay multitud de denuncias ya que en rigor un cuerpo solo puede ser enterrrado, incinerado o donado a la ciencia, y en el caso de la vidente permanece en esa capilla de manera ilegal.

Estas apariciones no han sido hasta hoy día reconocidas oficialmente y certificadas como auténticas por la Iglesia Católica. Según la propia Amparo llegó a ver la Virgen hasta en 376 ocasiones, además de sufrir estigmas, experimentar bilocaciones o tener la capacidad de asumir los dolores y enfermedades de otras personas. El lugar sigue siendo escenario de peregrinaciones, sobre todo el primer sábado de cada mes, y quienes acuden aseguran ser testigos de movimientos antinaturales del Sol, estigmatizaciones o curaciones milagrosas mientras perciben un inexplicable e insistente olor a rosas.



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